Un sistema gasista net-zero: Una pieza clave en un modelo energético descarbonizado a 2050

Un sistema gasista net-zero: Una pieza clave en un modelo energético descarbonizado a 2050

La energía es un pilar fundamental para el desarrollo económico y social en todo el mundo. Si bien el consumo energético varía de manera significativa según la región, el país e incluso el sector al que alimenta, la realidad es que este consumo aumenta de la mano con el incremento de la demanda derivado del crecimiento poblacional.

En este sentido, las principales economías globales —que representan cerca del 70% del PIB global— han establecido ambiciosos objetivos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). De hecho, la Unión Europea, a través del European Green Deal, aspira a ser el primer continente climáticamente neutro para 2050.

Para que esto no quede en solo buenas intenciones, es necesario transformar radicalmente los sistemas de producción y consumo de energía, considerando todas las soluciones disponibles de manera eficiente.

La transición hacia 2050 se apoya en fuentes de energía primaria como la solar, eólica, hidráulica, nuclear, biomasa, residuos e hidrocarburos con captura de carbono (CAC). Estas se transforman en vectores de energía final como la electricidad, el metano de cero emisiones netas (biometano, metano sintético), el hidrógeno y sus derivados, y los combustibles líquidos sostenibles.

Dentro de este mix energético, el sistema de gas de cero emisiones netas es una pieza imprescindible para alcanzar los objetivos de 2050 de forma viable, resiliente y eficiente. Entre las múltiples ventajas de un sistema de gas cero emisiones netas o biogases, cabe señalar el potencial de muchas naciones —España y otros países de Europa, por ejemplo— para el suministro autóctono, y la ventaja de contar con una infraestructura previamente desplegada que es operativa y funcional —la red de gas natural—, la cual puede vehicular gases renovables sin necesidad de adaptaciones.

Sumado a esto, el metano es el único vector de cero emisiones netas que ofrece almacenamiento estacional a gran escala. Esta capacidad es crucial para gestionar la variabilidad de la demanda térmica y aportar resiliencia al sistema energético. Finalmente, la producción de biometano fomenta la economía circular, genera empleos de calidad y es clave para evitar la migración y el despoblamiento rural al valorizar los residuos locales.

Fuentes como la solar o la eólica, pese a ser abundantes, siguen siendo intermitentes, además de que no son gestionables y dependen de las condiciones meteorológicas. El sistema de gases renovables o de cero emisiones netas funciona como fuente de respaldo gracias a que, entre otras cosas, puede almacenarse de forma eficiente y económica durante largos periodos, lo que les permite adaptarse a las fluctuaciones estacionales de la demanda.

Los gases renovables son una pieza fundamental para lograr un sistema energético de cero emisiones netas que cubra eficientemente las necesidades de los consumidores y mantenga la seguridad de suministro. De esta manera, el sistema y el sector del gas se presenta como una pieza necesaria para poder dar cumplimiento al objetivo de alcanzar un sistema neutro en emisiones para el año 2050 que no solo sea técnicamente viable, sino también resiliente, eficiente y enfocado en la justicia energética.

Para conocer más sobre este tema, te invitamos a leer “Un sistema gasista net-zero: Una pieza clave en un modelo energético descarbonizado a 2050”, estudio realizado por Delloite en conjunto con Fundación Naturgy.

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